
PFAS en el agua: lo que realmente necesita saber (y cómo protegerse)
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Invisibles pero presentes en todas partes: ¿qué son realmente los PFAS?
Puede que nunca hayas oído hablar de ellos, pero están ahí. En el aire, en el agua, en muchos objetos cotidianos. Los PFAS son compuestos químicos sintéticos, utilizados desde la década de 1950 por su extrema resistencia.
Resistentes al calor, al agua y a la grasa, han revolucionado la industria... ¿pero a qué precio? Porque lo que los hace tan eficaces también los hace muy duraderos: apenas se deterioran.
Hoy en día, se encuentran en miles de productos: sartenes antiadherentes, envases de alimentos, ropa impermeable, cosméticos, alfombras, equipos de camping… y, por desgracia, en el agua que bebemos.
¿Por qué son problemáticas estas sustancias?
La verdadera preocupación es su persistencia. Una vez ingeridos o absorbidos, los PFAS se acumulan en el organismo, se infiltran en los tejidos y permanecen allí durante mucho tiempo. Muchísimo tiempo.
Y esta acumulación dista mucho de ser inofensiva. Numerosos estudios han destacado posibles efectos graves para la salud:
- Desequilibrios hormonales (alteraciones endocrinas)
- Problemas de hígado o tiroides
- Mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer (riñón, testículos)
- Impacto en el desarrollo infantil
- Dificultades reproductivas, retraso de la pubertad
Y lo más preocupante es que estas sustancias se han encontrado en la sangre de la mayoría de los estadounidenses, incluso en la leche materna y en el cordón umbilical de los recién nacidos.
¿De dónde provienen los PFAS y cómo entran en nuestras vidas?
Plantas de fabricación, áreas de entrenamiento militar (donde se utilizan espumas contra incendios), productos domésticos… Todos son puntos de entrada. Con el tiempo, los PFAS se han dispersado por el medio ambiente, llegando a nuestros ríos, aguas subterráneas y sistemas municipales.
Entre los objetos cotidianos que pueden contenerlo:
- Utensilios de cocina antiadherentes
- Tejidos resistentes a las manchas
- Productos de limpieza
- Envases de comida para llevar
- Productos de belleza (lápiz labial, esmalte de uñas, etc.)
- Ropa impermeable, equipo para actividades al aire libre
Y esto es cierto incluso en productos etiquetados como “verdes” o “naturales”, debido a la falta de regulaciones estrictas o de transparencia sobre la composición.
¿Cómo puedes protegerte de los PFAS en el agua?
Lamentablemente, ya no es razonable asumir que el agua del grifo, ni siquiera el agua embotellada, esté libre de PFAS. Pero no todo está perdido.
1. Filtra el agua eficazmente: Los filtros básicos no son suficientes. Para eliminar las PFAS, necesitas un sistema certificado para tratarlas, como:
- Un sistema de ósmosis inversa: elimina hasta el 99% de PFAS pero requiere mayor presupuesto, mantenimiento y rechaza agua.
- Filtros de carbón activado de alto rendimiento, seleccionados específicamente por su capacidad para capturar estos compuestos químicos.
Nota: Un suavizador de agua no filtra PFAS.
2. Limpie su hogar con regularidad: Los PFAS pueden adherirse al polvo doméstico. Aspirar con un filtro HEPA ayuda a reducir la exposición por inhalación, especialmente en niños.
3. Elija sus productos con cuidado: Evite utensilios de cocina antiadherentes como el teflón y opte por acero inoxidable o hierro fundido. Lea atentamente las etiquetas de los cosméticos, textiles y productos de limpieza.
¿Y ahora?
No podemos eliminar todos los PFAS de la noche a la mañana. Pero sí podemos reducir significativamente su impacto en nuestra vida diaria actuando donde más importa: en nuestras cocinas, nuestros lavaderos... y, especialmente, en el agua que bebemos.
Proteger a tu familia también significa estar atento a lo que no puedes ver. Por eso, filtrar el agua adecuadamente no es un lujo; es una necesidad.
En FILTRE-à-EAU.fr, creemos que cada hogar merece un agua más segura. Hay sistemas de filtración adecuados para cada necesidad y presupuesto. No espere a que las regulaciones se adapten a los riesgos: protéjase ahora.