
Lo que nunca debes tirar por el desagüe
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El saneamiento es asunto de todos: proteja su saneamiento y el medio ambiente, paso a paso
Ya sea que usted viva en un área urbana o rural, con un tanque séptico, un filtro compacto o una microestación, una cosa sigue siendo cierta: sus tuberías no son un bote de basura.
A menudo se olvida, pero el saneamiento individual depende de un delicado equilibrio. Depende de microorganismos que tratan las aguas residuales de forma natural, siempre que no sean atacados por sustancias inadecuadas.
¿El problema? En nuestra vida diaria, muchos productos parecen inofensivos, pero pueden perturbar gravemente este ecosistema invisible. El resultado: estaciones de servicio obstruidas, contaminación, reparaciones costosas... y un impacto ambiental duradero.
Aquí tienes la lista completa de productos que nunca debes tirar por el desagüe, junto con consejos prácticos para consumir de forma más eficiente y respetar mejor tu organismo.
🚫 Productos líquidos: la trampa de la aparente fluidez
1. Líquidos inflamables
Gasolina, aguarrás, disolventes, pegamentos: estas sustancias impiden el correcto desarrollo de las bacterias responsables de la descomposición de la materia orgánica. Una vez en el sistema, ralentizan la fermentación, desequilibran el tanque e incluso pueden generar vapores peligrosos.
👉Debe llevarse al punto limpio, nunca al fregadero.
2. Productos tóxicos para el medio acuático
Los insecticidas, herbicidas, limpiadores potentes y productos domésticos a base de cloro contienen sustancias químicas agresivas. No solo son tóxicos para los microorganismos de sus instalaciones, sino también para la vida acuática una vez liberados al medio ambiente.
👉 Compruebe siempre el pictograma medioambiental en la etiqueta.
3. Aceites y grasas
Ya sean de uso alimentario o industrial, tienen una cosa en común: se solidifican al contacto con el agua fría y forman tapones resistentes.
👉Las toallas de papel son tus mejores amigas: seca los platos antes de lavarlos y lleva los aceites al centro de reciclaje.
4. Piscina o agua de lluvia
¿Crees que haces lo correcto al desviar el agua de lluvia hacia tus desagües? Mala idea. Esta agua suele estar cargada de partículas minerales o químicas (metales, cloro, residuos del techo) que alteran el correcto funcionamiento biológico de tu sistema.
⚠️ Productos sólidos: pequeños residuos, grandes daños
1. Objetos no biodegradables
¿Una colilla? ¿Un bastoncillo de algodón? ¿Una toallita biodegradable? Una sola vez basta para causar daño.
💡 En 2018, las toallitas tiradas al inodoro contaminaron un río bretón.
👉Aunque el envase diga “biodegradable”, la basura sigue siendo el único destino bueno.
2. Medicamentos
Esta es una de las prácticas más comunes y dañinas. Los ingredientes activos de los medicamentos están diseñados para ser potentes en dosis muy bajas, lo que los convierte en contaminantes peligrosos al ser liberados en las aguas residuales.
👉Llévalos de vuelta a la farmacia, es gratis y seguro.
3. Tierra y sedimentos
Aunque a menudo se pasa por alto, el suelo constituye un verdadero problema. Al no ser degradado por las bacterias, se acumula y forma lodos difíciles de tratar.
👉Frote las verduras y las botas por fuera antes de lavarlas.
🚫 Concéntrese en los falsos amigos cotidianos
Toallitas
Incluso etiquetados como "compostables", tardan meses en degradarse y obstruyen las plantas de tratamiento de aguas residuales. Se saturan de grasa y jabón, formando auténticas placas viscosas.
👉Van a la basura, nunca al inodoro.
Protecciones higiénicas
Tampones, compresas y aplicadores: ninguno se desintegra en el agua. Están hechos de algodón, plástico y químicos.
👉 Tíralos en un contenedor cerrado, como los pañales.
rollos de papel higiénico
Incluso cuando son “disolubles”, los rollos forman grumos fibrosos que sobrecargan los sistemas de tratamiento.
👉 Dirígete al contenedor amarillo.
Condones, lentillas, chicles…
Invisibles pero formidables, resisten a los tratamientos biológicos y se encuentran en los lodos de depuradora, incluso en los ríos.
👉Cero excusas: es solo basura.
🌍Lo que realmente cuestan estos errores
1. Sistemas obstruidos
La grasa, las toallitas y los sedimentos forman grumos que bloquean las bombas y saturan los filtros.
2. Contaminación masiva
Lo que entra al tanque sale (parcialmente tratado) a la naturaleza. Resultado: contaminación de las aguas subterráneas, el suelo y los ecosistemas.
3. Aumento explosivo de los costes de mantenimiento
Cambios de aceite más frecuentes, sustitución de componentes, llamadas de emergencia... y en ocasiones reconstrucción del sistema.
✅ Qué se puede tirar por el inodoro (y nada más)
✅ Orina
✅ Sillines
✅ Papel higiénico (en cantidades razonables)
Y ya está. Todo lo demás se puede clasificar, reciclar o tirar. La regla es simple: si no estás seguro, no lo tires.
En resumen: cada acción cuenta
Cuidar su sistema de saneamiento significa:
- prolongar su vida útil,
- limitar los gastos imprevistos,
- y, sobre todo, proteger el agua, este bien común vital.
A nivel individual, empieza con un poco más de rigor y mucho sentido común. Porque cada acto de clasificación, cada producto evitado, contribuye a un mundo más limpio y sostenible.